Bert Hellinger descubrió con sus constelaciones familiares la más increíble herramienta para hacer visible, aceptar e integrar nuestras propias necesidades emocionales en nuestras relaciones. Esto nos provee más seguridad, y el sentimiento de pertenecer.
Nuestro organismo al nacer, es perfecto y completo en sí mismo. Está programado por naturaleza para crear vínculos sanos.
En nuestro trabajo terapéutico utilizamos las constelaciones familiares para ayudarnos a comprender con más amplitud y profundidad las estrategias de comportamiento y supervivencia que desarrollamos en nuestra infancia.
Hoy en día, estas viejas estrategias las seguimos utilizando en nuestras relaciones familiares, de pareja, de trabajo, sociales, etc. En ese momento estas estrategias funcionaron, pero ahora, quizás ya no.
Nuestro cuerpo busca y necesita sentir seguridad, necesitamos sentirnos a salvo en nuestras relaciones; sea en la relación con nuestro cuidador cuando somos niños, como en nuestras relaciones adultas. Sentirnos reconocidos, nos abre hacia nuestra natural espontaneidad y creatividad, conduciéndonos a tener sanas y saludables relaciones.